domingo, 30 de marzo de 2014

“Somos parte del universo”
Así como se puede sentir el latido, la respiración, la fortaleza y vitalidad de una criatura, se puede captar el sentir, la intención, la entrega y honestidad del otro, para que se genere confianza. Para hacer una plegaria y tener una respuesta es necesario conectarse, unirse, sentir la luz en su vibración de amor. Es grandioso descubrir nuestro vínculo con la vida y con todo. Los momentos difíciles encierran el gran propósito del reencuentro con la esencia de la vida.
Propósitos altruistas necesitan de nuestra fe, para estar conectados con la luz y así fortalecernos espiritualmente y permitir que fluyan el amor, la sabiduría y la voluntad superior. El templo es cada uno, sólo tenemos que ser conscientes de que Dios está en todas partes, lo cual nos hace sagrados porque somos parte de Él. Es la espiritualidad la que conduce a la evolución, a la libertad, no la tecnología. La espiritualidad nace del corazón, la tecnología de la mente.
Es necesario encontrar el equilibrio entre lo mental y lo espiritual. Lo espiritual está por encima de lo material. La naturaleza está llena de vida, color magia, amor. Si la admiramos, la sentimos con gratitud, nos llenamos de su presencia y nos eleva en el más puro amor.

La gratitud es un acto de humildad, manifestación de amor y reconocimiento de las bendiciones recibidas, de la libertad que nos pertenece.



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