domingo, 30 de marzo de 2014



                                   “Carta a un hijo”
Hijo mío, es probable que no me conozcas pero yo te conozco perfectamente (Salmo 139,2).
Todos tus caminos me son conocidos (Salmo 139,2), pues aún tus cabellos están todos contados (Mateo 10: 29-31). En mí vives, te mueves y eres (Hechos 17:28) Antes que te formé en el vientre, te conocí (Jeremías 1, 4-5). Fuiste predestinado conforme a mi propósito (Efesios 1, 11-12). No fuiste un error (Salmo 139, 15). En mi libro estaban escritos tus días (Salmo 139, 16). Yo determiné el momento exacto de tu nacimiento y dónde vivirías (Hechos 17,26). Tu creación fue maravillosa (Salmo 139,14). Te hice en el vientre de tu madre (Salmo 139,13), te saqué de las entrañas de tu madre (Salmo 7,16). He sido mal representado por aquellos que no me conocen (Juan 8,41-44). No estoy enojado ni distante de ti, soy la manifestación perfecta del amor (1°Juan 11-16) y deseo derramar mi amor sobre ti(1°Juan 3-1). Simplemente porque eres mi hijo y yo soy tu padre (1°Juan 31). Te ofrezco mucho más de lo que te podría dar tu padre terrenal (Mateo 7-11) Porque soy el padre perfecto (Mateo 5, 4-8). Toda buena dádiva que recibes viene de mí (Santiago 1-17) Porque yo soy tu proveedor que suple todas tus necesidades (Mateo 6, 31-33). Mi plan para tu futuro está lleno de esperanza (Jeremías 29,11) Porque te amo con amor eterno (Jeremías 31,3)Mis pensamientos sobre ti se multiplican más que la arena en la orilla del mar.

¿Sabes quién te escribe, ama y espera lo mejor de ti? 



No hay comentarios.:

Publicar un comentario